jueves, 2 de agosto de 2012

“Brujas somos todas”: confesiones, peligros


Gisela Paredes

gisela.paredes@listindiario.com

Santo Domingo

“Brujas somos todas”, obra de teatro escrita por el español Santiago Moncada en la década de los 80 (originalmente titulada “Entre mujeres”) y dirigida por Germana Quintana, queda resumida en una de sus propias frases: “Cada persona es como una cueva sombría; nadie sabe lo que pasa dentro”.

La pieza gira en torno a una reunión de excompañeras de colegio (20 años después) en que la anfitriona convida a sus amigas con el fin último de descubrir con cuál de todas su esposo le está siendo infiel.

Para su sorpresa, durante sus conversaciones se develarían otros secretos quizás más abrumadores.
Las niñas que un día fueron soñadoras e inocentes educadas en un colegio de monjas resultaron ser una trabajadora sexual exclusiva, una escritora solterona y exitosa, una abogada a punto de divorciarse, una ama de casa y esposa aparentemente perfecta y otra  al que su marido le es infiel.

Algo destaca en la puesta en escena: son las punzantes críticas hacia la fallida institución del matrimonio, la realidad de las perfectas amas de casa, los maridos infieles y la abierta posición que hoy día ha adoptado la mujer.
“Brujas somos todas” combina la actuación y la moda, el primer contacto con el concepto surge al apreciar  los cinco vestidos de diseñador rojos en el lobby de la sala Ravelo del Teatro Nacional, donde se presenta hasta el próximo domingo.

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