Danza universitaria o Qué bailamos en el Campus o Mi acto de constricción o Mi mea culpa
Por Jochy Muñoz
(El presente texto fue leído en el conversatorio que
dio inicio al III Festival Interuniversitario de Danza, organizado por el Dept.
de Extensión Cultural, de la Universidad APEC., el jueves 2 de mayo de 2013, a
las 7:00 p. m., en el Auditorio Leonel Rodríguez Rib, de la citada Institución.
En la actividad de esta noche participaron, además, la artista visual Mónica
Ferreras, quien trató sobre el arte moderno, y el actor y crítico, Jorge
Mendoza, quien leyó un texto titulado Danza contemporánea dominicana: Sus
creadores e intérpretes. La dirección artística del Festival estuvo a cargo de
la profesora Soraya Gallardo, Directora del grupo de danza anfitrión.)
Es habitual que cuando alguien se entera de que me
muevo dentro de las artes, y, específicamente, dentro de la danza contemporánea
y del Performance Art, me pregunten que qué es eso de danza contemporánea; que
si es lo mismo que danza moderna; que si es jazz; que si el hip hop es danza
contemporánea; que si la música que se emplea es la misma que se toca en las
discotecas, esto es, la llamada "música americana"; que si el
performance es danza también, o que si es teatro.
a esta ensalada se le viene ahora a agregar algo que
desde hace un tiempo quería conversar con alguien interesado, pero que hasta
hoy no lo había hecho. Este nuevo ingrediente es: la danza universitaria.
Alguien me
pudiera decir ¿qué entiende por danza universitaria? ¿Qué caray es eso? Ahora
soy yo quien pregunta.
¿Podríamos imaginar que la danza universitaria, al
igual que la danza moderna, la contemporánea, el butoh, el flamenco, el ballet,
el reggetón, el gagá... sería otro tipo de danza con sus características
específicas, tal y como los tienen estos tipos que acabo de mencionar?
Es oportuno
señalar, con el permiso de los que tienen claro esto, que lo que diferencia a
un tipo de danza de otro, es lo que se ha dado en llamar "códigos de
movimientos". Así, si vemos a una o más personas bailando, y aun sin
escuchar la música, podríamos saber qué están bailando.
Se podría dar
el caso que no pudiéramos identificar qué tipo de baile es el que practican,
pero sí, por lo menos, podríamos aseverar que no es algún otro tipo que sí
conozcamos.
Así, podemos
afirmar que todo baile, sea cual sea, tiene su característica forma de moverse,
de desplazarse en el espacio-tiempo; de manejar la energía de un modo
determinado; de mostrar al cuerpo de una forma que le es propia a ese tipo de
manifestación danzaria.
Para aterrizar
y referirnos a la danza universitaria, veamos primero, en líneas generales, la
ubicación de los diversos tipos de danzas existentes, en función de los grupos
humanos en que se dan. Esto nos permitirá poner orden ante esta variedad de
cosas que se nos presenta, o sea, en esa ensalada dancística arriba mencionada. Echaremos mano
a una clasificación que no es exclusiva del campo de la danza, sino, de la
Antropología.
La folkloróloga argentina Isabel Aretz, señala que
"los distintos grupos de aborígenes latinoamericanos, las naciones
africanas y asiáticas, entre otras, presentan características tan disímiles,
que nos hacen ver cómo nuestra cultura no es sino una más dentro de la gran
variedad de culturas". Es lo que Goldeweiser, antropólogo ucraniano, ha
puntualizado al decir que: "El hombre es uno y las civilizaciones
muchas".
Si por cultura entendemos todo lo que el hombre y la
mujer hacen, se puede afirmar que todos los hombres y mujeres tienen cultura,
por cuanto estos siempre hacen cosas. De ahí que, desde el punto de visto
antropológico, es totalmente desacertado, por falso, decir frases tales como
que "Fulano es un hombre inculto'', o "Tal país es más culto que tal
otro"
Todo el mundo
es hacedor de cosas; todo el mundo tiene cultura... lo que varía es el modo en
que esas cosas se manifiestan acorde al grado de sofisticación que van
alcanzando.
Para fines de
estudio, la Antropología divide ese hacer del pueblo, o sea, la cultura, en
tres tipos:
1) Cultura
folklórica
2) Cultura de masas
3) Cultura académica
La primera, de base oral-tradicional, pervive no sólo
en comunidades aisladas, sino también en las grandes ciudades, siendo detentada
aun por personas cultivadas académicamente. Esta cultura folklórica incluye
cosas tales como, la farmacopea tradicional, las supersticiones, la práctica de
danzas folklórica, las creencias mágico-religiosas, las construcciones
artesanales de viviendas, el compadrazgo... Es una cultura producida por el
pueblo, mismo consumidor de ella. Es importante resaltar, que en ella prima la
conservación de sus elementos tradicionales.
La cultura
académica, por su parte, constituye el acervo fruto de los conocimientos
letrados, científicos, contemporáneos de las comunidades.
Es la llamada "cultura occidental". La
encontramos en las instituciones académicas y artísticas, e incluye todo el
compendio de los saberes y de las manifestaciones más sofisticadas de las
artes. Entre estas últimas citamos, el bel canto, la música sinfónica, las
grandes obras arquitectónicas, la danza moderna, el ballet, la danza
contemporánea, los grupos de proyección folklórica, el jazz, los diseños de
modistos, la programación de los vuelos espaciales, la investigación de
vacunas... Es un tipo de cultura producido por científicos, intelectuales y
artistas.
Es importante acotar, que en estos dos tipos de
culturas mencionadas (folklórica y académica), se mueve un gran número de
artistas aficionados, que aun sin tener la preparación necesaria, tratan de
realizar sus ejecuciones o producciones según las pautas de aquellas, y que
logran un buen o mal remedo de lo propuesto.
He dejado para último referirme a la cultura de masas,
Mass Media o cultura populista, como muchos le llaman. En ella estamos todos
inmersos. Es la cultura que propician los medios de comunicación de masas,
conformando una cultura sui generis, de acuerdo con el mundo tecnificado, el
comercio y la moda.
Ella se nutre de elementos tomados de los otros dos
tipos de cultura (folklórica y académica), y los conjuga de una forma tal
acorde a sus propósitos, tendiendo, a la larga, a avasallarlas. En la cultura
de masas encontramos cosas tales como, los objetos industriales con
preponderancia del material plástico, las casas fabricadas en serie, las
telenovelas, las revistas banales y pornográficas, los espectáculos de los
hoteles, los grupos de bailes de la televisión, ropa fabricadas en serie, los
cantantes de modas impuestos por una fuerte promoción, los bailes del
momento... Es una cultura producida para que el pueblo la consuma.
Como vimos, en los tres tipos de cultura encontramos
arte, encontramos danza. ¿Es la misma danza? ¿Hay diferencias? ¿Similitudes?
¿Varían las intenciones? La diana, es decir, la audiencia a la que se apunta
¿es la misma?
Recordemos que
la danza folklórica es producida por el mismo pueblo que la práctica, esto es,
es hecha para su consumo propio. No se realiza con la finalidad de ser vista
como espectáculo. Por su parte, la danza cultivada dentro de la cultura
académica, es producida por artistas, y contrario a la folklórica, para ser
vista por un público que gusta de tal o cual estilo escénico. Los ejecutantes
son artistas entrenados arduamente para ese propósito.
Como ya
expresamos, la Mass Media, toma esto o aquello de esas otras dos culturas y lo
conjuga para hacer un espectáculo, que al igual que en la académica, sea bien
ensayado, con bailarines entrenados, con recursos teatrales apropiados, con
vestuario cuidado... pero magnificado para conseguir una producción
deslumbrante, apabullante, que haga que el público se conforme con lo meramente
visual, sin cuestionarse nada más allá del deslumbrón.
En ocasiones,
se pretende poner en escena una producción que hable de tal o cual cosa... de
la dominicanidad, p. ej., pero orquestado todo de manera simple, sin
complicaciones, sin que el público tenga que realizar ningún tipo de lectura,
tratando de que éste se sienta lo más complacido posible. La divisa de estos
espectáculos de la cultura de masas es, precisamente, la "concesión al
público".
Hay que estar claro, el público siempre ha gustado de
este tipo de espectáculo, y los seguirá haciendo. No hay por qué emprenderla
contra ellos, satanizándolos, sino, viéndolo como un medio de subsistencia de
muchos, artistas y técnicos teatrales, mismos que muchas veces son los que
trabajan en proyectos de mayor compromiso artístico, en los que con otro
lenguaje, se resaltan otros valores de la condición humana.
Recordemos que la industria del entretenimiento de la
cultura de masas se apropia también de muchos elementos nacidos dentro del seno
de ciertos sectores de la sociedad urbana, que
corresponden a su particular dinámica interna, por lo cual serían
intransferibles a otros sectores de la sociedad. Tal es el caso de los bailes
urbanos. Se podrá copiar todo lo externo
(los gestos, la vestimenta, el modo de moverse…), pero lo que originó tales
elementos culturales y el sentir de sus practicantes, no. Es sabido que muchos
de los bailes urbanos de moda en nuestro país, nacieron en calles de ciudades
norteamericanas.
Naturalmente, el impulso que la industria del
entretenimiento le ha dado a esas manifestaciones musicales y danzarias, ha
hecho que las mismas hayan explosionado, prácticamente en todo el mundo.
Las instituciones educativas, no importa el nivel ni
el género de lo que impartan, pertenecen a la cultura académica, y, por tanto,
ofrecen una educación formal a los estudiantes, en contraposición a la
educación informal, propia de la cultura
folklórica, y ajenas, también, a las veleidades momentáneas de la cultura de
masa. Muchos de esos centros académicos tienen en sus organigramas agrupaciones
artísticas, ya de carácter formativo ya de apreciación ya de entretención.
Las universidades, como casas de altos estudios, han
de tener una línea claramente definida de su carácter académico, formal, que
induzca a los estudiantes a producir pensamiento, tanto en la vertiente de la
ciencia, en la de la tecnología como en la de las humanidades. Y las artes no
han de escapar de este objetivo de producción de pensamiento.
El término "danza universitaria", como tal,
no es muy empleado en nuestro medio; en cambio, el de "teatro
universitario", si bien ya no lo es tanto, sí lo fue en décadas pasadas.
Recordamos que durante los '80 el Teatro de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo, se abocaba a una serie de montajes que respondía a una línea política
e ideológica, muy alejada de cualquier presentación complaciente para agradar a
amigos y familiares de los integrantes de la agrupación. No recuerdo ningún
caso, en nuestro país, en el que las actividades de los grupos de danza hubiera
tenido la misma incidencia como factor cuestionador de la realidad, tal como lo
ha tenido el teatro.
En la actualidad, empleamos el término "danza
universitaria" para designar a
cualquier agrupación de baile, del género que sea, adscrita al departamento
correspondiente que se encargue de los asuntos cocurriculares de ese centro de
estudio.
Dijimos, anteriormente, que la cultura de masas tendía
a absorber cuanto le sea posible de las demás manifestaciones culturales de la
sociedad, aligerándolas, banalizándolas, desestimando cualquier elemento que le
resulte engorroso y que requiera que el público se enfronte consigo mismo y con
su entorno. Busca, en todo momento,
homogeneizar gustos y estilos de vida.
Sería penoso… desalentador, que las agrupaciones de
los centros educativos, de los clubes barriales, de los centros culturales
devinieran… se conformaran a la imagen de las agrupaciones propias de la
industria de la entretención. Ambas cosas pueden coexistir, pero en sus
espacios propios; incluso podrían practicar igual género o estilo de danza, ya
que lo que establecería la diferencia entre ellas, sería ese carácter de
búsqueda, de cuestionamiento, de asunción
de su propia realidad e identidad,
a que deberían abocarse los grupos culturales.
Por un momento, mientras escribía este texto, me sentí
triste, pero luego me pregunté por qué, si en realidad estar escribiéndolo era
alentador. Alentador porque lo sentí como
mi acto de constricción; un mea culpa por mi cómoda posición ante el
estado de cosas; un mea culpa por no hablar; un mea culpa por hacerme de la
vista gorda; un mea culpa por no compartir mis inquietudes; un mea culpa por no
contribuir a visibilizar lo que subyace
bajo el oropel.
Y una vez experimentado eso, creció mi entusiasmo de
saber de la cantidad de jóvenes deseosos de bailar, cantar, actuar, pintar,
hacer performances, hacer videos… Tenemos materia prima. ¿Qué falta hacer?
Leer, leer, leer, leer… asistir a conciertos, a funciones de danza, al cine, a
exposiciones de artes visuales, y luego, y siempre, reflexionar y hablar de
esas experiencias, contrastando criterios, lo que nos llevará a todos a ampliar
nuestra visión del mundo, en general, y de la danza en particular.
¡Muchas gracias, y buenas noches!
Jueves 2 de mayo de 2013
Santo Domingo, Rep. Dominicana