"Cita a Ciegas"
por Yarimar Uribe
Hace alrededor de un
mes, me di una Cita a Ciegas en el Teatro Las Marcaras (la sala más chula de la
bolita del mundo) donde pude compartir con Lidia Ariza, Jorge Santiago, Luciano
García, Kirsy Núñez y Marisol Marion-Landais. Más de 30 días después y una frase
del guion sigue resonando en mi cabeza “En la última fila y detrás de una
columna”
Esa frase, aunque un
poco jocosa en el contexto de la obra, a mí, y me atrevo a decir que a muchos
mas, me toco muy adentro. La dueña de esa frase, La Mujer, interpretada por
Lidia Ariza, se ve marcada por un evento de su juventud donde tomo una decisión
que considera incorrecta, o mejor dicho, no
tomó una decisión, dejando que la
vida decidiera por ella, y creando una sombra que la abruma, la sombra de la indecisión.
Este personaje lo vemos a diario, en familiares, amigos, a veces en nosotros
mismos. La falta de decisión, el miedo constante al rechazo nos hace
convertirnos en conformistas, y sin saberlo, nos perdemos lo que pudo haber sido
lo mejor de nuestras vidas, todo por un “Y si (ponga aquí la frase de su
preferencia. Ej. ..No le gusto, me rechaza, se da cuenta que no soy lo que
quiere, me encuentra gorda, fea, desaliñada, no me miraba a mi)”
“Pues no, no veo” Otra
frase un tanto jocosa, ya que quien la dice es justamente El Ciego,
interpretado por Jorge Santiago. Un hombre lleno de vida y sabiduría,
igualmente marcado por un evento de su juventud, por una indecisión, pero con más
liviandad al andar. Derrocha su conocimiento y consejos en medio de un parque a
los extraños que se sientan a su lado a contarle sus historias. Escuchar lo que
los demás tienen para decir le va muy bien, ya que además es escritor.
“La perseguí por todos
lados” La obsesión derivada de una pasión desenfrenada hecha persona. El
Hombre, interpretado por Luciano Díaz, enfrenta lo que pudiéramos llamarle la
crisis de la mediana edad, cuando un encuentro con una extraña hacen que su vida
de un giro total, y lo convierta en víctima de sus propias pasiones.
“A veces las mujeres
hacemos esas cosas” Otra frase que pega. La Muchacha, interpretada por Kirsys Núñez,
una joven con todo un futuro por delante, de talento inmensurable, a la que sus
acciones irresponsables la vencen. Este fue uno de los personajes que más me sorprendió,
no solo por su franqueza al hablar, su aparente forma genuina, sino también por
la crudeza de sus palabras, que bien complementan su forma.
“Necesitas ayuda” La
frase más obvia de La Psicóloga, interpretada por Marisol Marion-Landais. Una
mujer aparentemente fría (o así la vi yo) que a pesar de sus propias dolencias
busca ayudar a todos los que la rodean. La única, que quizás, ve las cosas por
lo que son.
Estos 5 personajes,
los cuales parecen tener nada en común,
se entrelazan de una manera tan inesperada, tan quizás incrédula, que al ver la
obra pensaríamos que su encuentro no es casual, sino destinado. Esta puesta en
escena, de la mano de Mario Diament, y bajo la dirección de Germana Quintana,
es, para mí, la mejor obra que ha visto el Teatro Las Máscaras. Es una mezcla
perfecta de drama, tragedia y un toque de comedia, con un elenco que trae a la
vida los personajes imaginados (posiblemente) de un autor talentoso y una
directora sin igual. En dos horas logran llevar al público por una montaña rusa
de emociones, e inmensas cuestionantes, no sobre la obra o los personajes, sino
sobre la vida misma.
Es, sin duda alguna,
una obra que nadie puede perderse.