lunes, 8 de junio de 2015

DESDE LA SILLA DEL ESPECTADOR

"Cita a Ciegas" 
por Yarimar Uribe

Hace alrededor de un mes, me di una Cita a Ciegas en el Teatro Las Marcaras (la sala más chula de la
bolita del mundo) donde pude compartir con Lidia Ariza, Jorge Santiago, Luciano García, Kirsy Núñez y Marisol Marion-Landais. Más de 30 días después y una frase del guion sigue resonando en mi cabeza “En la última fila y detrás de una columna”

Esa frase, aunque un poco jocosa en el contexto de la obra, a mí, y me atrevo a decir que a muchos mas, me toco muy adentro. La dueña de esa frase, La Mujer, interpretada por Lidia Ariza, se ve marcada por un evento de su juventud donde tomo una decisión que considera incorrecta, o mejor dicho, no tomó una decisión, dejando que la vida decidiera por ella, y creando una sombra que la abruma, la sombra de la indecisión. Este personaje lo vemos a diario, en familiares, amigos, a veces en nosotros mismos. La falta de decisión, el miedo constante al rechazo nos hace convertirnos en conformistas, y sin saberlo, nos perdemos lo que pudo haber sido lo mejor de nuestras vidas, todo por un “Y si (ponga aquí la frase de su preferencia. Ej. ..No le gusto, me rechaza, se da cuenta que no soy lo que quiere, me encuentra gorda, fea, desaliñada, no me miraba a mi)”

“Pues no, no veo” Otra frase un tanto jocosa, ya que quien la dice es justamente El Ciego, interpretado por Jorge Santiago. Un hombre lleno de vida y sabiduría, igualmente marcado por un evento de su juventud, por una indecisión, pero con más liviandad al andar. Derrocha su conocimiento y consejos en medio de un parque a los extraños que se sientan a su lado a contarle sus historias. Escuchar lo que los demás tienen para decir le va muy bien, ya que además es escritor.

“La perseguí por todos lados” La obsesión derivada de una pasión desenfrenada hecha persona. El Hombre, interpretado por Luciano Díaz, enfrenta lo que pudiéramos llamarle la crisis de la mediana edad, cuando un encuentro con una extraña hacen que su vida de un giro total, y lo convierta en víctima de sus propias pasiones.

“A veces las mujeres hacemos esas cosas” Otra frase que pega. La Muchacha, interpretada por Kirsys Núñez, una joven con todo un futuro por delante, de talento inmensurable, a la que sus acciones irresponsables la vencen. Este fue uno de los personajes que más me sorprendió, no solo por su franqueza al hablar, su aparente forma genuina, sino también por la crudeza de sus palabras, que bien complementan su forma.

“Necesitas ayuda” La frase más obvia de La Psicóloga, interpretada por Marisol Marion-Landais. Una mujer aparentemente fría (o así la vi yo) que a pesar de sus propias dolencias busca ayudar a todos los que la rodean. La única, que quizás, ve las cosas por lo que son.

Estos 5 personajes, los cuales parecen  tener nada en común, se entrelazan de una manera tan inesperada, tan quizás incrédula, que al ver la obra pensaríamos que su encuentro no es casual, sino destinado. Esta puesta en escena, de la mano de Mario Diament, y bajo la dirección de Germana Quintana, es, para mí, la mejor obra que ha visto el Teatro Las Máscaras. Es una mezcla perfecta de drama, tragedia y un toque de comedia, con un elenco que trae a la vida los personajes imaginados (posiblemente) de un autor talentoso y una directora sin igual. En dos horas logran llevar al público por una montaña rusa de emociones, e inmensas cuestionantes, no sobre la obra o los personajes, sino sobre la vida misma.


Es, sin duda alguna, una obra que nadie puede perderse.

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