La Frick Collection de Nueva York arranca este miércoles tres meses de celebración del cuarto centenario del segundo volumen de “El Quijote”, de Miguel de Cervantes, demostrando su influencia “multimedia” mucho antes de que existiera este término a través de tapices, ballet, ópera y cine.
Una exposición de tapices basados en dibujos del pintor francés Antoine Coypel es, literalmente, el hilo que la Frick tira para su peculiar homenaje a la obra magna de Cervantes, que será analizada en conferencias sobre el reto de su traducción a las coreografías de George Balanchine, la película nunca acaba de Terry Gilliam o las composiciones de Richard Strauss y Maurice Ravel.
En esta exposición, comisariada por Charlotte Vignon y que pertenecerá abierta hasta el 27 de mayo, recoge las 28 ilustraciones que Coypel (1661-1722) realizó para ilustrar “Don Quijote de La Mancha”, que sirvieron a su vez como modelo sobre el que realizar espectaculares tapices en seda y lana manufacturados en Gobelins, en París, o por la escuela flamenca.
“Esta exposición tiene dos temas: el trabajo de estas obras de arte en formato de tapiz, que en la época llegaron a ser más caros que las propias pinturas por requerir un gran trabajo”, aseguró Vignon al presentar la muestra ante los medios, y, por otro lado, “el éxito de la novela y cómo se convirtió en una influencia para otros medios, que la transformaron”, aseguró.
Xavier F. Salomon, el comisario de la Frick Collection, obligó a todos los que organizaran la muestra a leerse “El Quijote” y, a partir de ahí, entender cómo los tapices gigantes, pequeños grabados, óleos e ilustraciones de la misma complementan, sesgan o traducen la lectura.
“Es un juego divertido. Se lo propongo a ustedes como espectadores”, aseguró Vignon, quien señaló que los pasajes en los que se centró Coypel están mayoritariamente en el segundo libro y que en ningún momento el artista retrató el símbolo más famoso de la novela: los molinos de viento.
Coypel estuvo trabajando con la obra de Cervantes desde los 21 años hasta poco antes de morir y también se sintió muy inspirado por las representaciones de ballet que había visto de “Don Quijote”, y por ello representa los pasajes de la novela casi como si se tratara de una función sobre un escenario.
Es por eso que la Frick Collection, además de esta exposición realizada con la colaboración del museo J. Paul Getty de Los Ángeles y la Hispanic Society de Nueva York, ha programado un intenso programa de actividades que muestran “El Quijote” como una “inagotable fuente de inspiración”.
El ballet, por supuesto, tendrá un papel esencial, tanto el 6 de marzo en la conferencia “Balanchine e Imaginación”, que analizará la coreografía que realizó Georges Balanchine en 1965, y “Variaciones del ballet ‘Don Quijote’”, que contará con la presencia de primeras figuras del American Ballet.
Además, el 27 de febrero, la traductora de “El Quijote” en lengua inglesa, Edith Grossman, hablará sobre la repercusión general de la novela en la historia de la literatura y el 27 de marzo se analizará el fracasado proyecto de Terry Gilliam de adaptar la novela al cine con Johnny Depp.
Finalmente, una pieza poco escuchada de Richard Strauss titulada “Don Quijote. Variaciones fantásticas sobre el tema del personaje caballeresco Opus 35″ será interpretada por una orquesta de cámara.
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