Ángela Bachiller se ha convertido, a los 30 años, en la primera concejal con síndrome de Down de España.
Llevaba dos años y medio trabajando en la administración del Ayuntamiento de Valladolid y ayer, tras la dimisión en junio de un edil del PP implicado en un caso de corrupción, alcanzó su reto de representar en política a los suyos.
Emocionada y sonriente, Bachiller juró su lealtad al Rey y a la Constitución rodeada de cámaras, familiares, amigos y miembros de asociaciones de discapacitados. “Gracias por todo, por haberme dado la confianza”, fue todo lo que pudo decir al término de un pleno de cinco horas, nerviosa y abrumada por la repercusión del acto. Es lo que hubiera ocurrido “al 90% de mi equipo”, defendió Francisco Javier León de la Riva, alcalde de la ciudad desde 1995, que la acompañaba en su puesta de largo.
Bachiller se presentó a las elecciones municipales de 2011 en el número 18 de la lista del Partido Popular, que logró 17 concejales. Fue decisión del alcalde introducir entre sus candidatos a la auxiliar administrativa del área de Bienestar Social, pero esta no ha podido ocupar un asiento en el pleno hasta la dimisión de Jesús García Galván, imputado por prevaricación, cohecho y malversación.
Durante la campaña electoral se ganó la confianza de sus compañeros de partido y ahora, como concejal sin cargo de Gobierno —“solo el alcalde y siete ediles más lo tienen”, según De la Riva—, tendrá que acudir a plenos, reuniones y comisiones informativas. Además, será la representante del PP en el Consejo Municipal de Personas con Discapacidad del Ayuntamiento.
El de ayer no fue su primer hito. Ángela Bachiller fue la primera persona con síndrome de Down en obtener el título de Formación Profesional de Castilla y León. Había estudiado en el mismo colegio público e instituto que su hermana mayor, de 33 años — “su referente en todo”, reflexiona Isabel Guerra, su madre—. “Lo más importante es que su familia no ha buscado la sobreprotección”, indica Rosa Hernández, concejal de Bienestar Social y Familia, departamento en el que Bachiller lleva tres años de auxiliar administrativa. Después de seis meses en un programa de integración laboral para discapacitados, Bachiller logró un contrato para seguir en el Ayuntamiento.
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