jueves, 9 de agosto de 2012

Descubren una secta rusa que vivía bajo tierra


09-08-12 | SOCIEDAD

Alrededor de 50 mayores y 20 niños estuvieron una década sin ver la luz del día en la ciudad de Kazán, la capital de la república federada rusa de Tartaristán
Crédito foto: AP


El búnker de una secta de alrededor de 70 personas fue descubierto por las autoridades rusas este jueves, según informó un diario local.

El rotativo ruso Kosomolskaya Pravda aseguró que "los niños de la secta no tenían atención médica, instrucción escolar, aire fresco, luz solar, electricidad ni calefacción". Y precisó: "Los niños nunca fueron a la escuela y apenas salieron a la superficie terrestre. Estaban sucios, llevaban harapos y nunca habían sido examinados por un médico".

El búnker estaba compuesto por celdas que hacían las veces de habitaciones, distribuidas en siete plantas subterráneas. Allí vivían cerca de 20 menores, cuyas edades oscilan entre los 18 meses y los 17 años.

En principio, los niños fueron ingresados en el hospital y posteriormente serán trasladados a orfanatos, según le informó el responsable de la protección de menores en el Gobierno, Pavel Atajov, a la agencia de noticias Ría Novosti.

El funcionario ruso indicó que los niños sólo podrán regresar con sus padres después de una larga terapia.

La secta fue descubierta en la ciudad de Kazán, la capital de la república federada rusa de Tartaristán. Las autoridades de esta república de mayoría musulmana investigan ahora al líder de la secta, Faisrajman Satarov, de 83 años.

Los seguidores de Satarov en esta ciudad a orillas del Volga y ubicada 800 kilómetros al este de Moscú amenazaron con el fin del mundo si las autoridades no les devuelven a sus hijos. Anunciaron, además, que se oponen a la demolición del búnker o “vivienda” de su profeta, construida de forma ilegal.

De acuerdo con la historia que reflejaron los medios, Satarov tuvo su primera visión en 1964 y recién después de los 80 comenzó a autocalificarse “profeta”. En 1996 compró el recinto de unos 700 metros cuadrados en las afueras de Kazán, donde las autoridades descubrieron el búnker subterráneo, en el marco de una investigación por el asesinato de un religioso islámico.

El caso remite al de otra secta de unos 30 miembros que fue descubierta en 2007 cerca de la ciudad rusa de Paenza y que vivía en un sistema de túneles subterráneos.

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